lunes, 15 de junio de 2009

Enfocar.

La vida nos va transformando,
o quitando formas quizás.
Estuve cavando mucho tiempo,
rasguñando con mis manos hasta el dolor,
enterrándome.

Entonces necesité alguien que me defendiera,
alguien que me diera amor,
y no vi a Dios.
En cambio,
encontré mucho más
y mis brazos cansados se alzaron a la luz.

Y fue un instante,
un cigarrillo, un puñado de tierra,
un cielo, un paisaje
que cambió todo.
Ser feliz sólo dependió de querer serlo.

1 comentario:

Franco Mar dijo...

Muy lindo angy, leí el último y extrañé characato a más no poder... es una droga dura ese lugar.